martes, 7 de julio de 2009

JAIR CORTÉS

CAZA DE FAMILIA

Jair Cortés

Otra vez esta casa vacía
que es mi cuerpo
a donde no has de volver.
Blanca Varela

Buche, granada, sal, te pedí que vinieras,
te lo pedí. Y no me oíste. De eso te acuso;
por ello me juzgas...
Jaime Reyes



*
TODO empieza con el padre:
irradian su luz
los labios del que lo nombra.
Las habitaciones existen porque él las ocupa. Según los rasgos de su rostro la mesa se dispone. En la ventana su vaho empaña los cristales. Su vista penetra la tiniebla con una lanza de claridad, a pesar de su mano casi piedra, que golpea con amor e infinita violencia
el cuerpo entumecido de los hijos.







*
LOS NOMBRES vienen, parvada,
oscurecen la tarde, gris.

Antes de esto
sólo dibujos:
marchitas hojas, estrellas mancas, rayones en las paredes (en las cavernas o edificios), en el autobús solitario de la noche,
garabatos queriendo decir algo sin poder decirlo, negándose a ilustrar con certeras grafías un discurso inteligible en el que figuren nuestros pesares.

Desde la sombra,
teje su red la soledad, perfecta,
alrededor de ese Alguien cuya biografía es Algo.
El Nombre
faro de luz negra
el Nombre.



*
TODAS LAS PALABRAS que en mí corazón resuenan
hoy se rompen
y hacen de su caída la más silenciosa de las caídas
paredes que en un sueño sordo se desploman.

Todas las palabras dichas,
hoy nos dicen:
la bondad de Dios
la hicimos nosotros,
¿qué haremos con esa bondad?

El viento del destino sopla lobo atroz
y el techo se viene abajo
miedo que de su misterio se despoja.


*

CAYÓ EL ANTIFAZ de la Historia:
La Historia no tenía cara.
Mataron ayer al hombre que cambiaría la casa desde los cimientos.

La casa ahora es la cáscara de esa historia.


*
SIN EL SOL también se vive. He vuelto a mi íntimo encierro. Mi hermana la tapia y mi hermano el espejo discuten su porción de penumbra, su secreto tesoro. En un juego de cartas deciden apostar lo que ya está perdido. Consagro la suma de mis pertenencias al lecho vacío.

Otra vez la vigilia.

-¿Quién se desvela en la calle solitaria? -
Debo preguntar otra vez
y fingir
que en medio del insomnio
he hallado la respuesta.


*
YO TAMBIÉN, me dije, yo también puedo ser los otros,
redondear la o y fingir asombro al mirar los puertos;
puedo pensar, en la punta de la barca, mientras platico
y puedo ir más allá, en donde la luz naufraga.

Yo también, me dije,
yo también puedo ser otro
y no este animal sin iglesia ni rosario.




*
¿TODO empieza con el padre?
y la música ¿en dónde empieza?

El agua del río toca para mí,
improvisa hojas y espuma entre las piedras.


*
HUBO UN TIEMPO en que la apariencia era lo sagrado de las cosas. Por eso nos hicimos daño. Lanza en mano, nos buscamos. De caza en casa.
Mi corazón, fruto agrio por aquellos días, solo, en el gemido de la tiniebla.

Hubo un tiempo, érase una vez la palabra:
la mujer que leía las líneas en la palma de la mano
cambió su rostro por el del agua
mientras veíamos nuestras caras,
piedras que sin remedio
con la corriente del río se separan .


*
TE SUEÑO desde tu muerte
en una mala noticia que mi hermano me otorga.

Tu hora y la mía
son relojes gemelos.

Camino y lloro,
he aquí estas dos verdades,
lo demás,
lo que sobra,
es un soplido
una lágrima devuelta
a su inabarcable mar de tristeza.


*
AHORA EL MAR abandona a la playa
como alguna vez la playa abandonó al mar.

El faro insiste en guiarnos.
Camino en círculos en este paisaje vacío.

Trazo.
Cuatro paredes que fueron una playa, un mar,
un retrato de familia vislumbrando el amanecer.

El mar abandona a la playa,
como alguna vez la playa abandonó al mar.
*
EL PUNTO es un refugio.
(Ahí vive el aturdido escriba),

la coma es la ventana de la prosa,

(entra el aire tibio de agosto y seduce
tus piernas muslos suaves
como suaves en tu oído son las vocales)

El punto es casa aparte.

Comillas que son “candiles”
lámparas de tu lectura.

Decía el padre de las cosas que la escritura es propiedad.
Por eso escribo tu voz
para que me llames desde aquí,
en esta cacería del habla.


*
LOS MUROS los hacemos nosotros
Aquí construyo uno: MURO


Otro: AMOR.




*
GRITAMOS
Desgargantados nos ofendemos

El encuentro de la frase aquí
en la cara de este minuto que tiembla

Fuego que escupe fuego
como una llamarada que se enciende desde la médula de la brasa
las palabras arden en tu boca
(enjambres destinados a la muerte)
quemándote el aliento

En nuestro enojo
somos el resuello que azota los árboles
estruendo nada más de mirarnos en el aire turbio
pulmones agrios escupitajos

(hocico cerrado es belleza)
*
CARGAMOS a nuestros abuelos,
a los padres de sus padres,
y algún día seremos lastre de los hijos que no tendremos,
de los hijos que cabalgan
en la frágil senda de la esperanza.

El padre nace en los hijos,
asoma los ojos en sus ojos,
y humedece la garganta en el pozo eterno de la descendencia.

Así
los hijos matan al padre ya librados de la noche. Cadáver.
Y la tierra vuelve a su centro.





Familias: criaderos de alacranes.
Octavio Paz


























ENFERMEDAD DE TALKING


Puso incendio para el café,
quitó la tapa del cerillo
y se sacudió los perros de la cabeza.

La ventana de su librero
dejaba entrar la caja vieja de zapatos
que días antes había visto envuelta en el diciembre agrio y tostado del vaso.

Miró su rostro en el cajón:
sintió entonces la pintura correr por su latido,
ánimo del suelo el de su cuerpo recostado sobre la fina azotea comprada en Venecia.

Preguntó por ella:
respondió el toc (tic tac) toc de un pájaro que voló dentro de la licuadora.

-No sé más de mí-
contestaron las voces terribles de su gripe
que, a estas alturas de la fragancia, habían ya cocinado una pasta compuesta con letra de molde.

Dijo adiós,
pero un ligero, casi imperceptible bosque,
le abrazó de pronto, y ella, de sí,
volvió otra vez a lo real
y contempló la cuchara ciega
que buscaba, esta vez,
azúcar por encima dela mesa.






LA ÚLTIMA CENA


Con el rojo vino de la tarde brindamos
y comimos queso (el emental) entre risas y abrazos.
Un techo alto: grandes ventanas dejaban ver el cóncavo azul del mar/cielo.
Una vez que la cena estuvo lista, nos sentamos: reluciente vajilla (más de tres cubiertos siempre me han puesto nervioso, Señor). Éramos trece sin contar a la servidumbre. Vegetales al vapor, un aderezo a base de vinagre y pimiento estilo California, cordero al centro del plato (alquimia en la cocina, sacrificio y elogio para los comensales de ese día).
Yo miraba extensas planicies en tus ojos, parvada de luz alzando el vuelo, cuando, después del tintineo, ofreciste en voz ALTA tu casa como quien ofrece su muerte. Te imaginé subiendo la escala metálica por donde ascienden los que se marchan sin aviso.
Después, entrar en confianza, la garza del brazo derecho sosteniendo la copa.
Se fueron yendo, una por una, las horas,
(el Traidor era el tiempo).
Supe que no volvería a ti nunca más. Trinitaria soledad la mía: sin ti, sin mí, sin nosotros dos.
Llegué hasta el balcón y descubrí que el mar cantábrico para mí: un dos tres, me decían las olas, un dos tres, dijo Cristo, ¡SALVACIÓN! para todos mis amigos
y para mí también.





TARDANZA PUNTUAL


Yo soy el que a tu fiesta llega tarde
cuando algunos invitados se han ido
y otros ya comienzan a despedirse;

Yo, el que con sed y hambre,
llega hasta la cocina
y contempla este cerro
de tantos platos sucios.

El que de mesa en mesa
saluda a los parientes.

Soy yo, el que de política no habla,
el que no alcanza tortillas calientes,
y llega siempre (solo)
cinco minutos antes de la lluvia.




DATOS CURRICULARES

Jair Cortés. (Calpulalpan, Tlaxcala, 1977). Poeta, ensayista y traductor. Lic. en Literatura Hispanoamericana. Becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Tlaxcala. Fue parte de la primera generación de becarios de la Fundación para las Letras Mexicanas. Becario del Fondo nacional para la Cultura y las Artes. Ha impartido cursos, talleres y conferencias sobre literatura, fomento a la lectura y procesos artísticos en diversas partes de México. Ha traducido poesía portuguesa. Es columnista de la revista electrónica de arte y literatura Cronópios (Brasil). Ha participado en congresos, festivales de literatura y encuentros de escritores a nivel nacional e internacional. Ha publicado poemas y ensayos en revistas y suplementos de circulación nacional e internacional como Tierra Adentro, La Voz de La Esfinge, Reverso, Oráculo, Finisterre, Biblioteca de México, VozOtra y Casa de las Américas, y en el suplemento cultural La Jornada Semanal. Aparece en las antologías Árbol de variada luz. Poesía mexicana actual (Universidad Autónoma de Colima, 2003), Un orbe más ancho: 40 poetas jóvenes (UNAM, 2005). También está incluido en las muestras Creación Joven (1979-1999) (CNCA y Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco, 1999), Espiral de los latidos. Poesía Joven de la Zona Centro de México (Fondo Regional para la Cultura y las Artes Zona Centro, CONACULTA, 2002), Anuario de poesía mexicana (FCE, 2005) y Los mejores poemas mexicanos (Planeta, 2005). Es autor de los libros A la Luz de la sangre (Fondo Editorial Tierra Adentro, 1999), Dispersario (1995-1999) (ITC-Universidad Iberoamericana, 2001) Tormental (Secretaría de Cultura de Puebla, 2002) y Contramor (Lunarena, Puebla, 2003). Coordinó junto con el poeta Rogelio Guedea: A contraluz, reflexiones y poéticas de la poesía mexicana actual. (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2005). Con el libro Caza obtuvo el Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta 2006.

1 comentario:

Pequeña Capitali$ta dijo...

Me encanta Tlaxcala... en alguna época remota me quería casar ahí.

Lenta pero segura: sobre tu pregunta, este post es muy adecuado si apenas vas a empezar a invertir (bueno creo yo)
http://pequenocerdocapitalista.blogspot.com/2009/07/cuando-eras-rico-sin-trabajar.html

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Saludos